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oct 30

DESDE LA AMAZONÍA; VOCES POR LA IGUALDAD

Pese a los problemas de discriminación y violencia que han enfrentado durante generaciones, las mujeres rurales, ellas se encuentran en la primera línea de lucha frente a la crisis sanitaria mundial. En conmemoración del Día Internacional de las Mujeres rurales, que se conmemora cada 15 de octubre, ellas nos hablan de sus esfuerzos de resiliencia.

“La situación de la mujer rural es muy penosa; somos discriminadas, violentadas, sufrimos un machismo estructural y ahora somos las más afectadas por la pandemia, teniendo que enfrentar el COVID-19” comenta Carmen Sukilanda, mujer dirigente de Salud Intercultural y Soberanía Alimentaria de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).

En ese sentido, la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, con motivo del Día Internacional de las Mujeres Rurales, señaló que: “Las funciones esenciales de las mujeres rurales como agricultoras, trabajadoras, emprendedoras, líderes comunitarias y personal de atención en primera línea en momentos de crisis son fundamentales para construir sociedades pacíficas, prósperas y sostenibles. La pandemia de COVID-19 amenaza con hacer retroceder estas importantes contribuciones”.

La crisis sanitaria confrontó a las mujeres rurales a nuevos retos: horarios de trabajo extendidos en la labor diaria por mantener la seguridad alimentaria de los suyos y de sus comunidades, cuidados especiales para proteger a sus familias del virus y en muchos casos, mercados cerrados que les impedían la venta de sus productos. Pese a ello, han encontrado respuestas en el mismo campo.

Dominga Antú, vicepresidenta de la Federación de la Nacionalidad Shuar de Zamora Chinchipe (FEPNASH-ZCH), asegura que la pandemia no la limitó a trabajar en sus plantaciones de yuca, plátanos, de cuidar sus aves, o continuar con los oficios domésticos; así como ejercer sus funciones de lideresas comunitarias.

Ella, al igual que Carmen Sukilanda y un amplio grupo de mujeres de las nacionalidades Shuar, Kichwa, Waorani, Achuar, Shiwiar, Andwa, Siekopai, Cofan, Quijos y Saraguro participan en un proceso de formación en la Escuela Antisuyu Warmikuna “Yachay Wasi” en donde analizan temas de igualdad de género, derechos humanos y derechos de las mujeres como parte del trabajo que realiza el proyecto “Incorporación del enfoque de género en el programa PROAmazonía: Proyecto GEF” implementado por ONU Mujeres en Convenio con PNUD.

Integrar adecuadamente la participación plena de los pueblos y nacionalidades indígenas, considerando la igualdad de género es fundamental para lograr los objetivos integrales del programa PROAmazonía, iniciativa liderada por el Ministerio del Ambiente y Agua (MAAE) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) con apoyo de PNUD.

La incorporación del enfoque de género en los espacios de toma de decisiones, en su organización y en sus mecanismos, posibilita debilitar las barreras de acceso que las mujeres deben enfrentar. Cuando un espacio de toma de decisiones ha incluido el enfoque de género se pueden establecer, por ejemplo, la consideración de los horarios de las mujeres, la corresponsabilidad en las tareas del cuidado y la creación de espacios seguros para la participación de las mujeres. Según el “Diagnóstico de la situación de las mujeres amazónicas, ONU Mujeres – PROAmazonía” (octubre 2020), las brechas de género están más marcadas en esta región. En promedio, las mujeres amazónicas dedican cuatro veces más tiempo que los hombres al trabajo no remunerado.

Aunque tanto Dominga como Carmen coinciden en que por la pandemia las mujeres campesinas enfrentaron diferentes formas de discriminación, encontraron entre ellas el apoyo necesario para solventar las necesidades. Según Carmen, por las medidas de bioseguridad “algunas mujeres querían entrar a un banco y les decían que debían entrar con los guantes, con las mascarillas y quizás nuestras mujeres no tenían ese dólar para poder comprar esos implementos de seguridad” pero entre ellas se organizaron para gestionar kits y se apoyaron para la compra de productos como jabón.

“Hemos visto que los hermanos mestizos en la ciudad han sufrido bastante, a nosotros en el campo no nos ha faltado nada; pescado tengo, gallina tengo, yuca tengo y si de repente nos hace falta algo, organizamos algo más con lo que hay” asegura Dominga, quien señala que la pandemia nos ha hecho despertar a todos.

Carmen asegura que “tenemos que volver la mirada al campo, a nuestra Pachamama, a nuestra tierra, a nuestros sembríos. ¿Por qué no lo valoramos? En esta pandemia, hemos visto cuánto vale la medicina ancestral, cuánto vale volver la mirada al campo, que nos mantiene fuertes”.

Fotografías: Marcelo Echeverría – La Incre/ONUMujeres, (Noviembre del 2019) 

Autora: Julissa Guevara – Consultora de Comunicación – ONU Mujeres 

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