1. ¿Cómo contribuye la igualdad de género en la sociedad? ¿Cuáles son sus efectos a corto y largo plazo?“Apostar por la igualdad de género, no es solo lo justo y lo ético sino también lo más inteligente”
Bibiana Aido
La igualdad de género contribuye a sentar bases sólidas de sociedades más justas e incluyentes y a emprender el camino hacia un desarrollo sostenible en el que nadie quede atrás, tal y como lo plantea la Agenda 2030. Esto es aplicable a escala global, e igualmente a nivel nacional, comunitario o familiar. Allí donde hay condiciones para la igualdad de género y mecanismos que la garanticen, sin duda habrá indicadores superiores de bienestar y calidad de vida.
Por ejemplo, la cuota de paridad de género en la participación política fortalece el ejercicio de ciudadanía de las mujeres y aumenta la calidad de la democracia porque amplía la agenda política e incluye diversidad de miradas. Con el Código de la Democracia, que establece una paridad que llegará al 50% de aquí al 2025, el Ecuador demuestra un avance único en la región.
En el área económica hay estudios que demuestran que una mayor participación de mujeres en la economía incrementa el Producto Interior Bruto de los países. Según el Fondo Monetario Internacional, si se reducen las brechas de género en el mercado laboral, las mujeres incrementarían sus ingresos en un 76%, eso equivale a inyectar 13 billones de dólares a la economía mundial.
Las sociedades no podemos desperdiciar el talento de la mitad de la población que representamos las mujeres, más en un momento de crisis conjuntas como la actual: de esto o salimos mujeres y hombres por igual o no sale nadie. Hombres y mujeres tenemos que trabajar de manera conjunta para acabar con las discriminaciones, con la violencia; para construir un mundo más inclusivo, más igualitario y eficiente.
2. ¿Cuál es el impacto y los efectos de la violencia de género en los contextos de cambio climático?Enfrentamos una pandemia de escalas no imaginadas y la violencia de género profundiza las vulnerabilidades y riesgos de las mujeres, constituyéndose en una pandemia de la sombra, que pone en riesgo la salud, integridad y la vida de las mujeres.
La violencia de género limita las posibilidades y capacidades de cualquier mujer para enfrentar la cotidianeidad, mucho más aún para enfrentar condiciones de riesgo y amenaza. Por ejemplo, las mujeres que viven situaciones de violencia de género son por un lado más susceptibles a los riesgos y amenazas climáticas, debido al menoscabo de sus decisiones, de su movilidad, del acceso y control de bienes. Por otra parte, las oportunidades para fortalecer sus niveles de respuesta y de adaptación se ven limitadas por la exclusión del acceso a la información, al conocimiento e incluso a relaciones y redes comunitarias.
Así también, las consecuencias del cambio climático pueden generar o profundizar condiciones de violencia de género para mujeres y niñas. Por ejemplo, la escasez de agua o alimentos las obliga a recorrer distancias más largas en condiciones de inseguridad; a la realidad que enfrentan las mujeres indígenas como defensoras de los derechos de la naturaleza y de sus territorios que se han visto amenazadas por ello.
3. ¿Cuál es el rol de Naciones Unidas en la promoción de la eliminación de la violencia contra las mujeres, en Ecuador y en la Amazonía ecuatoriana?El derecho de las mujeres a vivir sin violencia está consagrado en los acuerdos internacionales como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), en especial a través de sus recomendaciones generales núm. 12 y 19 y de la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de las Naciones Unidas.
Para reforzar esta labor, desde 2008 se ejecuta la campaña ÚNETE del Secretario General, gestionada por ONU Mujeres, en la que participa todo el Sistema de Naciones Unidas en esfuerzos conjuntos para apoyar a los estados y a la sociedad civil con el fin de prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo.
En Ecuador, pronto pondremos en marcha un programa, financiado por la Unión Europea e implementado por diferentes organizaciones del Sistema de Naciones Unidas, en estrecha colaboración con el Estado, que abordará los pilares vitales y necesarios para avanzar en la lucha contra la violencia de género. El objetivo es llegar al mayor número de personas y reducir el nivel de femicidios que hay en el país. Una de las regiones en las que se trabajará es en la Amazonía ecuatoriana.
En el país, ONU Mujeres también trabaja para conseguir la adopción y promulgación de reformas jurídicas acordes con estándares internacionales y colaboramos para promover el fin de la violencia, aumentar la sensibilización sobre sus causas – consecuencias y fortalecer las capacidades de nuestras contrapartes para su prevención y respuesta. También trabajamos con hombres para promover masculinidades no violentas. Ellos son parte imprescindible de esta tarea, si queremos tener éxito como sociedad y avanzar en la erradicación de la violencia machista.
4. ¿Qué refleja el estudio Diagnóstico de la situación de mujeres amazónicas que se realizó a través de ONU Mujeres, en el marco de PROAmazonía, en el año 2019?.Las principales conclusiones giran en torno a la persistencia de estructuras de poder que naturalizan las distinciones de género, que se entrelazan con las diferencias de etnia y generacionales.
Las mujeres amazónicas enfrentan un conjunto de barreras para su empoderamiento físico que afectan sus vidas y limita las oportunidades que tienen de ejercer sus derechos, evidenciándose mayor vulnerabilidad sobre la vida de las mujeres indígenas:
a) altos índices de violencia
b) riesgo de morir asesinadas por el hecho de ser mujeres
c) restringido acceso a los servicios de salud
d) una alarmante tasa de embarazo adolescente.
Ante este panorama, se establece la necesidad de poner en marcha medidas orientadas a alterar el imaginario social, que naturaliza la inferioridad de las mujeres amazónicas, así como los roles que les han sido históricamente impuestos y que sustentan su desigualdad social, económica y política.
En la Amazonía, la tasa de feminicidios es el doble que la nacional (1.6 en la Amazonía, 0.8 nacional). Para todos los tipos de violencias de género los porcentajes en la Amazonía son superiores a los nacionales: la violencia física (44.3%) la psicológica (64.6%) y la patrimonial (17.9%) son más altas que el promedio nacional. Por otro lado, la tasa de madres adolescentes es del 45.35% en comparación con el 35.19% nacional y la razón de mortalidad materna es tres puntos mayor a la nacional.
Es imprescindible trabajar de la mano, mujeres y hombres, en la transformación de aquellos patrones sociales que refuerzan las violencias y la desigualdad. Como decía anteriormente, de esta crisis salimos mujeres y hombres trabajando de manera conjunta o no sale nadie, esta es una oportunidad para plantearnos de una vez por todas la igualdad de género como la única salida razonable.