La Amazonía ecuatoriana, con una extensión de 4 veces el tamaño de Bélgica, alberga 245 mil pobladores de 10 nacionalidades indígenas, equivalente a un tercio de su población, y 17 áreas naturales protegidas, que representan 26% del total del territorio1. En la región Amazónica el cultivo de cacao sostenible está ganando importancia para los agricultores locales como una fuente de ingresos libre de deforestación.
“Hemos acopiado 363 toneladas de cacao en 2019”, indica Rosendo Castillo, presidente de la asociación de productores APROCEL2, de la provincia de Sucumbíos. “Compramos a más de 1.300 socios que tienen entre 1 y 2 hectáreas de cacao cada uno”, continúa. Esta producción fragmentada a pequeña escala es característica de las 6 provincias amazónicas ecuatorianas, en donde alrededor de 15.000 pequeños productores producen 20.000 toneladas anuales de cacao en más de 40.000 hectáreas.
Pero la asociación que preside Rosendo es una excepción. Solo un pequeño porcentaje de la producción de los pequeños productores indígenas y colonos amazónicos se vende a las asociaciones que buscan mejorar los precios pagados a sus socios. Desafortunadamente, la mayor parte se vende a intermediarios que pagan precios bajos, sin preocuparse por aspectos como la calidad y la sostenibilidad.
En este sentido, tal como lo expresa Katy Pazmiño – dirigente de la asociación APROCCE3 en Sucumbíos – “..el desafío es buscar mercados con mejores precios”.
Dicho desafío es crucial para permitir a las familias ser económicamente sostenibles, lo cual se extiende también la sostenibilidad social y ambiental pues se previene la expansión del área de producción agrícola hacia la selva.
Esta es la visión de PROAmazonía – el Programa Integral Amazónico de Conservación de Bosques y Producción Sostenible – liderado por el Ministerio del Ambiente y Agua y el Ministerio de Agricultura y Ganadería del Ecuador, implementado con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)4. PROAmazonía busca la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la conservación de los bosques y la transición a la producción sostenible con 4 productos priorizados que son: cacao, café, palma y ganadería.
Para ello, trabaja con 26 asociaciones de productores, de las cuales 10 representan alrededor de 7% de la producción del cacao regional. El trabajo se centra en la mejora de la calidad, la productividad, la sostenibilidad y la trazabilidad a lo largo de la cadena productiva. Los esfuerzos de PROAmazonía para fomentar la sostenibilidad en la producción de cacao incluyen: la identificación de nichos de mercado para el cacao amazónico sostenible, la capacitación de asociaciones en sistemas de control interno, finanzas y condiciones administrativas. Para esto organiza eventos virtuales de concientización, desarrolla una plataforma de producción de cacao sostenible y ayuda a mapear los perímetros de las fincas para monitorear la cobertura y la degradación forestal para demostrar una producción libre de deforestación.
Afortunadamente, el cacao amazónico ecuatoriano ha probado tener un gran potencial para atender la necesidad de la demanda internacional.
En primer lugar, es posible desarrollar diversos perfiles de sabor. En la Amazonía se encuentran diferentes variedades, siendo el 40% parte del Complejo Nacional, que incluye el cacao Arriba Nacional, el Super Árbol, y pequeñas producciones de cacaos nativos. Todas estas, ofrecen la oportunidad de desarrollar sabores y aromas que diferencien a la región a nivel mundial por las condiciones climáticas, geológicas y altitudinales únicas de la Amazonía. Por otro lado, también existe un gran potencial para añadir valor basado en la sostenibilidad y la identidad de la región. En las diferentes provincias existen diversos sistemas que combinan producción libre de deforestación, sostenible y orgánica con aspectos culturales o territoriales.
Un claro ejemplo de los esfuerzos realizados por PROAmazonía para preservar el bosque e impulsar la producción sostenible es trabajar en conjunto con las asociaciones de productores indígenas, cuyos sistemas de producción ayudan a conservar la selva y sus ecosistemas. En Napo, por ejemplo, los productores son indígenas Kichwa en su mayoría y utilizan la “Chakra”, un sistema agroforestal biodiverso fuertemente arraigado en su cultura, que es gestionado por las mujeres. La Chakra es una unidad de producción familiar que además de producir alimentos y medicinas, es su ambiente de vida, por lo cual hay una relación espiritual que fomenta su preservación “Estamos desarrollando un sello que certifique la forma de producción Chakra”, comenta Bladimir Dahua, administrador de la asociación Kallari, que junto a las asociaciones Tsatsayaku y Wiñak, el gobierno provincial, la Cooperación Alemana GIZ y la FAO, trabajan en el desarrollo de la certificación.
Otro ejemplo de la diversidad de sistemas productivos en la región está en Orellana, donde la asociación ASOSUMACO está próxima a incorporar la certificación orgánica como parte de su propuesta de valor. “Siempre hay que buscar mejorar. Nuestro cacao se produce de forma sostenible con al menos una característica diferencial: producción indígena, producción agroforestal o producción en la zona de amortiguamiento del parque nacional Sumaco Napo-Galeras, evitando la deforestación” 5, indica su administrador, Wilson Yánez.
Además, en el cantón Palanda de Zamora Chinchipe, donde se originó la producción de cacao hace más de 5.000 años, la asociación APEOSAE está trabajando en un proyecto piloto con el apoyo de PROAmazonía para la medición de fincas con tecnología Qfield e imágenes satelitales de la plataforma Global Forest Watch para monitorear la cobertura forestal de esas fincas. Se agrega así a esta iniciativa, la posibilidad de rastrear la producción desde la finca hasta el consumidor.
Que este potencial se aproveche a lo largo de la región depende de que el mercado reconozca no solo el valor de la calidad del producto, sino también el esfuerzo y trabajo de los agricultores locales y su impacto positivo en sus condiciones de vida, sus comunidades y su entorno ambiental. Por ello, PROAmazonía está trabajando en identificar el potencial de la demanda de cacao amazónico sostenible y libre de deforestación, para lo cual, además de otras actividades, contrató a la firma brasileña Cluster Consulting. Ésta identificó que los países con más demanda potencial son Países Bajos, Alemania, Estados Unidos, Bélgica, Francia y Suiza, en los cuales entrevistó a 25 compradores de los segmentos commodity certificado, fino y premium para identificar su criterio para la compra de cacao. Además, la firma entrevistó a 15 potenciales compradores dentro de Ecuador con el mismo propósito.
Entre los entrevistados, los más interesados en el cacao amazónico fueron los compradores de cacao fino y premium, quienes están dispuestos a pagar precios diferenciados por calidad, impacto positivo social y ambiental, y por llevar las experiencias, historias y valores de la región de estos productores a sus consumidores finales. Esto ya se refleja en chocolateros ecuatorianos como República del Cacao, Pacari, Hoja Verde y Ecuatoriana de Chocolate, que han empezado a introducir chocolates con cacao amazónico resaltando su origen.
Para acceder al mercado de especialidad, el estudio recomienda continuar fortaleciendo a las asociaciones; a través del mejoramiento de la calidad y el aumento de la productividad de perfiles aromáticos específicos, potenciar los sistemas de producción agroforestal y orgánica, incrementando la transparencia y propiciar acercamientos entre los productores con los chocolateros y consumidores.
Para el éxito de este proyecto será fundamental el apoyo técnico por parte el Estado y de los programas de soporte en la región, así como una consistente demanda por cacao de calidad y sostenible. Este camino ambicioso deberá ser orientado además por la estrategia nacional Ecuador Premium & Sustainable
El objetivo es que, en el 2030, las 10 asociaciones apoyadas por PROAmazonía comercialicen un tercio de las 30.000 toneladas de la Amazonía, y vendan la mitad como cacao fino y premium y la otra mitad como commodity certificado6. Alcanzar este objetivo tendrá un impacto transformativo en la Amazonía y enriquecerá la variedad de sabores disponible para los amantes del chocolate alrededor del mundo.
Fotografías: PROAmazonía
Autores: Juan Luis Salinas Dávila – Consultor de Cluster Consulting contratado por PNUD Carlos Tarrasón Collado – Director de Cluster Consulting contratado por PNUD
Apoyo en la redacción PROAmazonía Contactos: Marco Guilcapi – Especialista Técnico en Cacao Sostenible Karina Amaluisa – Experta Técnica en Comercialización
1 López A., V., Espíndola, F., Calles, J. y Ulloa, J. 2013. Atlas “Amazonía Ecuatoriana Bajo Presión”. EcoCiencia. Quito-Ecuador https://biblio.flacsoandes.edu.ec/libros/digital/56384.pdf Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador. http://areasprotegidas.ambiente.gob.ec 2 APROCEL: Asociación de Productores de Café Ecológico Lago Agrio 3 APROCCE: Asociación de Productores de Cacao y Café del Eno 4 PROAmazonía es financiada por Green Climate Fund (GCF) y el Global Environment Facility (GEF) 5ASOSUMACO: Asociación De Producción Agropecuaria Café Sumaco 6 Este objetivo se establece en el marco del Plan Nacional de la Competitividad del Cacao, una estrategia liderada por el Programa de Reactivación de Café y Cacao del Ministerio de Agricultura y Ganadería, también apoyado por PROAmazonía.