Diferentes cultivos han formado parte de la cultura ecuatoriana, pero sin lugar a dudas, el cacao ocupa un lugar especial en nuestra historia. No solo por el valor económico y relevancia internacional que nos permite posicionarnos entre los principales países exportadores a nivel mundial, sino porque investigaciones arqueológicas sugieren que su origen y domesticación se encuentra en la Amazonía del Ecuador.
En el cantón Palanda, provincia de Zamora Chinchipe, se sitúa el complejo arqueológico Santa Ana – La Florida, en donde se encontró evidencia de sustancias propias del cacao y otros granos dentro de diferentes tipos de recipientes pertenecientes a la cultura Mayo-Chinchipe Marañón. Este hallazgo nos da la pauta que estos pueblos lograron vivir en este ambiente biodiverso, en donde el cacao pudo ser domesticado por nuestros pueblos aborígenes y tener un valor simbólico importante.
Los trabajos en piedra, recipientes como platos y otras formas, según los especialistas, demarcan elementos simbólicos de su cultura, que se ofrecían como alimentación para la siguiente vida.
Esta evidencia en la Amazonía ecuatoriana, con más de 5.500 años de antigüedad, sugiere que el origen del cacao es mucho más antiguo que en la región mesoamericana (3.500 años) a donde pudo haber llegado por su valor e importancia como producto de intercambio entre las diferentes culturas, no solo entre los que ahora son países, también entre culturas, pues se ha encontrado conchas spondylus en esta zona, que evidencian intercambios con los pueblos de la costa ecuatoriana.
La Amazonía sigue siendo una continua fuente de riqueza en información sobre el desarrollo de las culturas y pueblos que aún la habitan, de allí la importancia que tiene en la identidad ecuatoriana. El cultivo de cacao se ha extendido por casi todo su territorio y es en la actualidad el de mayor área sembrada, con más de 500.000 ha.
PROAmazonía, un programa implementado por el Ministerio de Ambiente y Agua y el Ministerio de Agricultura y Ganadería con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), promueve la conservación de los bosques y la reducción de la deforestación; a través de la generación de los lineamientos para que Ecuador se posicione como un país productor de cacao sostenible y libre de deforestación. Además, busca mejorar los sistemas de trazabilidad y operatividad de centros de acopio, así como apoyar la obtención de la certificación de Buenas Prácticas Agrícolas a fincas productoras. El reto es diferenciar la producción ecuatoriana, no sólo por ser origen o cuna de su domesticación, si no por la calidad y valor ambiental para devolverle el valor a su fuente, los bosques amazónicos.
Fotografías: Ministerio de Agricultura
Autor: Marco Güilcapi Especialista Técnico en Cacao Sostenible de PROAmazonía