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may 05

¡Si hay que hacer, hay que hacer! Anécdota de campo en la comunidad El Triunfo, Francisco de Orellana

Don Nicolás llegó tarde a la reunión que le invitamos para hablar de asociatividad y temas de producción sostenible. Justo salí a la puerta cuando él llegaba. Me miró con una amplia sonrisa y me estrechó su mano. Le dije: ¡Deme ese puño Don Nicolás! se rió y de repente me di cuenta que no traía mascarilla. Le dije: venga tome, póngase la mascarilla que aquí estamos varias personas. Me miró un como niño regañado y se la puso. En seguida pensé que el riesgo es para él, porque luego me contó que hace tiempo  no había salido de su finca. Con más razón pensé. Al terminar la reunión solo me dijo: yo solo entendí que el clima ha cambiado y que por eso se está calentando el mundo ¿o algo así…? me sacó una sonrisa -que nunca vio a causa de mi mascarilla KN95- y le respondí: …algo así Don Nicolás, algo así. Se despidió hasta el día siguiente, puesto que teníamos planificada una visita a su finca, que funciona como punto de acopio para que otros productores de café dejen su producto ahí y no tengan que viajar largos trayectos.

Al día siguiente, luego de dos horas de viaje, llegamos a Río Jivino, comunidad El Triunfo, cantón Francisco de Orellana. Nos esperaba Don Nicolás junto a su esposa con una sonrisa amplia y obviamente sin mascarilla. En seguida nos dio un paseo por una pequeña parte de su finca, un vivero, una secadora para guayusa, café, teca y las marquesinas en las que recibirá la cosecha de café. Nos cuenta que la secadora se la inventó él… -No puedo estar esperando que todo nos den, ¡si hay que hacer hay que hacer! Y su esposa corrobora: – ¡Nos levantamos a las 4 de la mañana y nos falta día!

Nos fuimos por un largo sendero para ver  una finca amazónica. Del lado derecho, las plantas de guayusa y del lado izquierdo, las plantas de cacao. Mientras regresábamos del sendero, le bromeo y le digo: todo bien Don Nicolás ¡le felicito! bueno, solo por el cacao no se saca 20 le voy a poner 15 y se ríen todos. Me dice es que no me da el tiempo, pero ya tengo que dedicarme a podar.

Su finca formará parte de los 10 centros de acopio satélite que con el trabajo conjunto de ATPA y PROAmazonía se están impulsando.

¿Oiga Don Nicolás, y estos arbolotes de que son?

-Tecas, ya están listas para la ventaUSD 200  cuesta cada una.

– ¿Y usted no tiene bosque? le pregunté

– ¡Claro que sí! ¡hay que conservar! Me dice algo alarmado. Pues vi que su preocupación por el bosque era uno de sus incentivos.

Finalmente, nos despedimos de Don Nicolás quien nos dijo tenía mucho que hacer, está afinando las marquesinas para recibir el café de los demás vecinos que irán a dejar este producto para poderlo transportar al centro de acopio en Loreto. Su ilusión por la vida, su actitud proactiva y su capacidad por resolver los problemas me llamó mucho la atención. Los agricultores son esa semilla de optimismo, conocimiento y sabiduría.

Autora: Lucía Valverde N, Especialista en Asociatividad y Cooperativismo