Desde principios de los años 80, la palma aceitera se ha convertido en uno de los principales cultivos en las provincias de Orellana y Sucumbíos, ubicadas al norte de la Amazonía ecuatoriana. De acuerdo a un estudio realizado por PROAmazonía, con apoyo de la Coordinación General de Información Nacional Agropecuaria (CGINA), del Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Observatorio para el Comercio Exterior (OCE), en la actualidad existen 35.262,84 hectáreas sembradas de este cultivo, del cual dependen 971 familias de productores y que generan alrededor de 10.000 puestos de trabajo.
«Gracias a Dios que pude sembrar unas hectaritas de palma (…) estoy feliz y agradecida por poder tener este producto que ahora nos permite salir adelante» comenta Zenaida Arias, quien cultiva 10 hectáreas de palma desde hace 11 años en la Comunidad Luz de América, del cantón Shushufindi en la provincia de Sucumbíos.
Fotografía: Imágenes de archivo de PROAmazonía
Descripción: Zenaida Arias, palmicultora de la Comunidad Luz de América, provincia de Sucumbíos.
Dentro del estudio realizado por PROAmazonía; un programa liderado por el Ministerio del Ambiente y Agua, Ministerio de Agricultura y Gandería con el apoyo del PNUD, se realizó una encuesta sobre una muestra de 332 predios productores de palma, lo cual permitió llegar a la conclusión de que el cultivo de palma, a pesar de ocupar el 39% del área sembrada de los productores, representa en promedio el 75% de sus ingresos, siendo la principal actividad económica del 92% de los encuestados.
Lamentablemente, el mismo estudio reveló que en la actualidad, el 86% de estas plantaciones están afectadas por problemas fitosanitarios. Dentro de los problemas identificados destacan la marchitez sorpresiva, la pudrición del cogollo y el anillo rojo. Si bien la incidencia de estas de momento es baja, la presencia de estos factores pone en riesgo el principal medio de vida de estas personas.
Con esta realidad en mente, a partir del 10 de noviembre del 2020, PROAmazonía en conjunto con la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Aceitera (ANCUPA), están implementando un programa para fortalecer las capacidades de los palmicultores de la región. Esto con el objetivo de fomentar la aplicación de buenas prácticas agrícolas bajo un enfoque de sostenibilidad y producción libre de deforestación.
Una de las acciones implementadas dentro de este programa es el establecimiento de una red de trampeo para el manejo de Rhynchophorus Palmarum, insecto conocido localmente como gualpa o picudo negro de la palma, que ha sido responsable de la pérdida de miles de hectáreas de plantaciones a nivel nacional. Este insecto afecta al cultivo de tres maneras distintas:
- Sus larvas taladran los tejidos internos de la planta, causando daño del meristema de crecimiento, lo cual puede provocar la muerte de la palma y/o facilitar el desarrollo de patógenos como hongos y bacterias.
- En plantas afectadas por Pudrición de Cogollo (PC), las hembras depositan sus huevos en los tejidos afectados, los cuales se convierten en un sustrato para el desarrollo de los diferentes estados larvales que al alimentarse provocan, en muchos de los casos, que la planta muera.
- Es el vector del nematodo Bursaphelenchus cocophilus causante de la enfermedad letal conocida como Anillo Rojo.
La presencia de la gualpa, está relacionada con dos de las principales afectaciones fitosanitarias presentes en cultivos de la región y juega un papel limitante en la productividad de la palma aceitera. Esta puede causar la perdida de hasta un 35% de las plantas productivas, reduciendo la producción drásticamente y por consiguiente la rentabilidad de esta actividad. Para su control lo ideal es establecer una red de trampeo.
“El trampeo para Rhynchophorus palmarum, es una de las buenas prácticas agrícolas, de gran importancia para la sostenibilidad del cultivo de palma aceitera” indica Rafael Chiriboga, Coordinador Técnico de ANCUPA, agregando que “según el censo palmero 2017, se determinó que en la provincia de Orellana hay presencia de Picudo negro en el 69% de los predios cultivados con palma aceitera y apenas en el 28% de ellos se realiza trampeo”. Así también mencionó que: “en la provincia de Sucumbíos hay presencia en el 57% de predios y se realiza trampeo en el 27%. El trampeo se realiza para monitorear la presencia de plaga y para controlar su población”.
Fotografía: Cortesía de ANCUPA
Descripción: Rafael Chiriboga, Coordinador técnico de la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Aceitera – ANCUPA,
impartiendo talleres acerca del control de Gualpa en la provincia de Orellana.
El trampeo puede ser realizado de forma individual, pero si se implementa en grupos por sectores o zonas, se construye la red de trampeo, factor que aumenta la eficiencia en el control de poblaciones de este insecto, reduce el costo de implementación y el mantenimiento de las trampas. Para que esto sea posible, se requiere que todos los productores de la región se comprometan con la actividad y que cuenten con los insumos necesarios para la implementación.
Hasta la fecha, PROAmazonía ha entregado 524 trampas y paquetes de feromonas de agregación para la instalación de la red de trampeo, y, con el apoyo de ANCUPA, ha realizado 11 talleres de capacitación en los que se fortaleció los conocimientos de 262 productores y productoras. Al final del proyecto, se espera capacitar a 904 palmicultores en el control de la gualpa y montar una red, que cuente con alrededor de 3.000 trampas instaladas y cubra al menos el 30% del área cultivada en la región.
Un aspecto a destacar es que la inversión para el establecimiento de la red de trampeo es de alrededor de USD 2.00 por hectárea, y su mantenimiento anual tiene un costo de USD 1.30. Con esta pequeña inversión se protege al cultivo, el cual produce en promedio 12,2 toneladas de fruta por hectárea al año. Esto representa ingresos anuales de alrededor de USD 1.500, durante un ciclo productivo de al menos 25 años.
Esta relación de costo beneficio hace que sea una práctica asimilable por los productores, quienes han reaccionado de manera positiva. “Los técnicos siempre nos están visitando y guiando, eso es lo más importante, nosotros no tenemos muchos conocimientos técnicos, y requerimos que nos apoyen”, resalta Zenaida Arias.
Es muy pronto para conocer el impacto positivo de esta actividad, pero con base a experiencias de otras regiones, se espera reducir la población de gualpas dentro de las plantaciones, reducir la mortalidad causada por la Pudrición del Cogollo y eliminar la mortalidad causada por anillo rojo en las plantaciones de la región.
Nota: Desde PROAmazonía, brindamos asesoría técnica a las y los productores, a través de las escuelas de campo; mediante las cuales se imparten conocimientos relacionados a una producción sostenible, libre de deforestación. El objetivo del programa es promover una producción sostenible y asesorar a que quienes ya tienen plantaciones de palma para que optimicen sus tierras, utilizando prácticas agrícolas amigables con el ambiente, que sean más eficientes, para así evitar la expansión de la frontera agrícola.
Fotografía: Cortesía de Ancupa
Descripción: Beneficiarios del programa recibiendo las trampas durante el taller de manejo de Rhynchophorus Palmarum.
Autor: Santiago Rosero – Técnico en Palma Sostenible de PROAmazonía