La restauración forestal es un conjunto de actividades orientadas a la recuperación y restablecimiento de las condiciones naturales de un ecosistema y el mantenimiento de sus servicios ambientales, que son los beneficios que da el bosque, como: agua, alimentos y materias primas. En este contexto, el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, a través del Proyecto Nacional de Restauración del Paisaje y de PROAmazonía, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, han impulsado el fortalecimiento de capacidades técnicas y comunitarias para la implementación de proyectos de restauración forestal.
FOTO: PROAmazonía
Un hito significativo en este camino se alcanzó en octubre de 2020, cuando se firmó el Convenio de Cooperación Interinstitucional entre la Autoridad Ambiental y el Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Cascales. Este acuerdo marcó el inicio de un proyecto de restauración forestal en 1000 hectáreas en la parroquia rural La Nueva Troncal, cantón Cascales. El proyecto involucró a cinco comunidades: San José de Aguarico, Jesús del Gran Poder, Wamak Urku, Pastaza y San Francisco (Shyris).
La participación de las comunidades fue esencial para llevar a cabo este proyecto. El Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Cascales realizó un proceso de consulta, donde se desarrollaron reuniones y asambleas para socializar los beneficios, responsabilidades y actividades del proyecto. Gracias a este enfoque participativo, las comunidades decidieron sumarse a la iniciativa.
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En total, 384.5 hectáreas fueron destinadas a mejorar la recuperación de los sistemas productivos (modalidad activa) y 615.5 hectáreas para promover la continuidad de la sucesión ecológica en las áreas de regeneración natural (modalidad pasiva).
El proceso de plantado y localizado de plantas, implicó la utilización de especies nativas provenientes de árboles semilleros de las mismas comunidades. La reintegración de estas especies fue un paso importante para contribuir a la recuperación del ecosistema y especies amenazadas. Se priorizaron árboles maderables, frutales y medicinales. Como parte de este proceso de restauración, se construyeron seis viveros.
Se invirtieron más de $272,000 dólares en 32 meses de ejecución. Como resultado del convenio, se logró la plantación de 46.140 árboles y se identificaron 12.310 árboles de regeneración natural, en 295 predios intervenidos. Esta iniciativa no solo benefició directamente a 296 personas, sino que también tuvo un impacto positivo indirecto en más de 1.500 personas de las comunidades.
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El éxito del convenio trascendió lo meramente ambiental y alcanzó importantes resultados socioeconómicos. La dinamización de la economía y la reactivación social en las comunidades participantes se vieron favorecidas por la generación de fuentes de empleo. También se enfatizó la importancia de la equidad de género, al brindar capacitaciones y talleres con enfoque inclusivo.
El esfuerzo no culminó con la plantación e identificación de los árboles, sino que continuó con dos mantenimientos posteriores a cargo de los beneficiarios. Estos cuidados incluyeron limpieza del terreno, eliminación de maleza y lianas, así como el marcado de los árboles identificados.
Asimismo, se brindó capacitación y equipos para el desarrollo de bioemprendimientos, fomentando así la sostenibilidad a largo plazo de las áreas en proceso de restauración.
Durante su intervención, la Viceministra Manosalvas, señaló que “hasta la fecha, hemos logrado consolidar la ejecución de actividades de restauración en un total de 16.036,82 hectáreas y lo que es aún más alentador, bajo los lineamientos del Proyecto Nacional de Restauración del Paisaje, estamos programando actividades adicionales en 6.064 hectáreas más, pero lo más importante han sido los resultados socioeconómicos, la dinamización de la economía y la reactivación social en las comunidades”.
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Por otro lado, la Oficial del Área de Ambiente y Energía del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Mireya Villacís, se refirió a la contribución de los proyectos de restauración forestal para el país, en su proyección de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Destacó del proyecto, el fortalecimiento y apoyo a bioemprendimientos, como una estrategia para la sostenibilidad a largo plazo de las áreas en proceso de restauración.
Por su parte, Eugenio Tapuy, representante de los beneficiarios y presidente de la Asociación Kichwa San Francisco, acotó que “el desarrollo de este proyecto de restauración permitió generar mayor unión en las comunidades, gracias al establecimiento de objetivos y beneficios compartidos a partir de la restauración de los bosques en sus tierras”.
Posterior al evento, las autoridades recorrieron áreas en proceso de restauración y conocieron bioemprendimientos artesanales del cantón Cascales.
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El Convenio de Cooperación Interinstitucional en Cascales ha demostrado cómo el trabajo conjunto y la participación de las comunidades pueden alcanzar resultados significativos en la restauración de ecosistemas. Este proyecto ejemplar marca el camino para futuras iniciativas de restauración y conservación en beneficio de la sostenibilidad y de las generaciones venideras.